Aquí hay tres factores principales a considerar: la gestión de la tesorería, la cuenta de pérdidas y ganancias y el balance. En primer lugar, es vital realizar una buena gestión de la liquidez de la empresa. Aquí un buen plan de tesorería es esencial, no sólo para controlar pagos y cobros, sino para establecer si
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Aquí hay tres factores principales a considerar: la gestión de la tesorería, la cuenta de pérdidas y ganancias y el balance.
En primer lugar, es vital realizar una buena gestión de la liquidez de la empresa. Aquí un buen plan de tesorería es esencial, no sólo para controlar pagos y cobros, sino para establecer si la actual periodificación de estos es correcta.
En una negociación eficiente con clientes y proveedores es esencial establecer una rotación financiera positiva, siempre intentando cobrar antes de pagar. Esto no siempre es posible, o no lo es con todos los deudores y acreedores de la empresa, pues, por ejemplo, hay empresas de productos de baja rotación, que priman venta sobre cobros, empresas que trabajan para grandes empresas o incluso administración, tienen una fuerza de negociación relativa frente a clientes o proveedores.
En estos casos, es muy aconsejable el uso de instrumentos que permitan una mayor liquidez, evitando tensiones de tesorería, como, por ejemplo, sistemas de factoring, giro anticipado por descuento, confirming o pólizas de crédito.
Para la gestión de la tesorería, estas últimas deben usarse en caso de necesidades puntuales de liquidez, y no son aconsejables préstamos u otras fórmulas como instrumentos de leasing financiero, pues estos últimos son productos destinados a crecimiento, en general, por la adquisición de inmovilizado, y suponen incrementos de pasivo significativos.
En segundo lugar, es esencial tener un buen control del resultado debido a la actividad de la empresa, a partir del análisis de la cuenta de resultados. A través de esta, el director financiero, CEO o incluso la junta de socios, deben establecer el plan de viabilidad operativa.
Aquí se decide qué sobrecostes son prescindibles, si hace falta renegociar precios de proveedores, incrementar precios a clientes, o a futuros clientes, considerando también precios medio de mercado, si la estructura de recursos humanos de la empresa es la adecuada, si instrumentos financieros como préstamos, son adecuados respecto a su coste en intereses o comisiones, o si inversiones, por ejemplo, en mercados de finanzas, son o no beneficiosas para la empresa, o si es posible mejorar resultados aumentando ventas en proporción a costes. Se debe establecer también una estrategia de control de costes, empezando por conocer bien el volumen de coste fijo y coste unitario, y situarlo respecto a ventas efectuadas, y posibles escenarios.
En tercer lugar, encontramos la correcta gestión y evaluaci
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